jueves, 10 de abril de 2014

CODESARROLLO. Vinculando migraciones y desarrollo en origen y destino


Actualmente, si juzgamos la realidad únicamente por lo que dicen los medios de comunicación o discursos políticos, se da a entender que los movimientos migratorios son cosa reciente, un “fenómeno”, una “problemática”, una “presión” constante, cuando en realidad los movimientos de poblaciones son tan antiguos como la historia humana.

En nuestra era de la globalización no hay economías nacionales ni políticas económicas nacionales separadas. Todo lo contrario. Las tendencias son las de: movimiento de capital, movilización de mano de obra, creación de nuevos vínculos materiales e ideológicos. Las grandes ciudades se convierten en centros del capital financiero, lo que a su vez genera demanda de mano de obra polarizada en el sector servicios.

Los países ricos se convierten en el principal destino de inversiones, que a su vez genera más demanda de trabajadores. Es inevitable que la globalización económica incremente los flujos migratorios de población. Hoy son unos 230 millones de personas que se han marchado a otros países en busca de mejores condiciones de vida, de acuerdo a Naciones Unidas.

En el caso de España, allá entre los años 1492 y 1850, la historia de España estuvo fuertemente marcada por los flujos de personas y también por los intentos por controlarlos, en los episodios históricos de la reconquista frente al dominio musulmán por un lado y el descubrimiento de América por el contrario, iniciando un proceso de colonización.

La emigración española también marca una etapa importante en la historia del país. Recordemos el período de la emigración española hacia el interior de Europa, cuyo principal destino fue Francia a raíz de la Primera Guerra Mundial.

Otros desplazamientos fueron hacia el norte de África, especialmente a Argelia y Marruecos en el siglo XIX donde coexistían los residentes permanentes con la emigración temporal.

Y otro período célebre fue la emigración a América, donde se estiman que emigraron unos 3,5 millones de españoles hacia Argentina, Brasil, Uruguay, Cuba, México, Venezuela y el Caribe.

Las grandes novedades de las últimas décadas recientes en el caso español son simplemente los cambios de dirección en los flujos migratorios. Mientras que a principios del siglo XXI se caracterizó por la aparición de inmigración en el que la población inmigrante alcanzó un 10% de la población total en España, a partir de la grave crisis económica de nuevo el flujo cambió y volvió a ser un país de emigración, tanto por los extranjeros que volvían a sus países o migraban a otro país como por la población española que hizo las maletas para irse a otro país.

Actualmente hay unos 4.870.487 de extranjeros regulares en España (2013), Según el INE los datos oficiales indican que se marcharon 2.186.795 de personas entre el 1 de julio de 2008 y el 1 de julio de 2013. España pierde ahora población y recibe más remesas de las que envía al extranjero.

Tan solo en el último semestre de 2013, el flujo migratorio hacia el exterior se ha intensificado. Un total de 134.312 personas procedentes del extranjero establecieron su residencia en España entre el 1 de enero y el 1 de julio mientras 259.227 abandonaron España con destino a algún país extranjero, lo que supone un saldo migratorio negativo de -124.915, un 50% más alto que el del semestre anterior.

Saber estos datos por sí solos debería arrojar bastante luz sobre los movimientos migratorios que experimenta España, especialmente cuando escuchamos noticias de algunos medios sensacionalistas que hablan en términos de “avalanchas”, “invasiones”, “presiones migratorias” como el caso de los recientes acontecimientos de Ceuta y Melilla. España oficialmente se ha convertido claramente en un país de emigraciones motivadas principalmente por la situación económica y laboral que atraviesa. De hecho las personas provenientes de África subsahariana son tan solo una ínfima parte de los movimientos migrantes que ingresan al país.

Sin embargo, algunos sectores e intereses políticos aprovechan situaciones de drama social para atacar ferozmente a las migraciones y por ende a las personas migrantes, que son estigmatizadas como población poco deseable, responsabilizada de que el Estado de Bienestar se haga precario, como una manera de distraer la atención de las verdaderas preocupaciones de la sociedad, como una forma de redirigir el enfado de la sociedad hacia las migraciones y personas que migran cuando en realidad no hay base sólida para ello. Nunca la han podido probar, sino todo lo contrario, fomentan el espíritu de rechazo, racismo y xenofobia.

UNA VISIÓN DIFERENTE HACIA LAS MIGRACIONES

La gran mayoría de discursos y opiniones mediáticas o políticas sobre los movimientos migratorios son negativos. En prácticamente cualquier ámbito las migraciones son presentadas negativamente. Economía, mercado laboral, delincuencia, sanidad, educación, social, etc. Cuanto menos, se tiene una visión paternalista sobre ellas.

Rara vez se escucha algo positivo o constructivo aun cuando todas las investigaciones alrededor del mundo arrojan resultados similares y sorprendentes que no suelen ser difundidos desde los medios de comunicación masivos o desde los discursos políticos.

Rara vez se habla sobre los efectos positivos de las migraciones tanto en la región de origen o destino.

EN ORIGEN
  • El alivio de algunos problemas de sobrepoblación
  • La disminución de la presión demográfica sobre los recursos
  • La inversión de las remesas de dinero que envían los emigrantes
  • La disminución del desempleo
  • El aumento de la productividad al disminuir la población activa en el país de emigración
  • El aumento de la venta de productos en otros países, en especial, de los países receptores de los emigrantes.

EN DESTINO
  • El rejuvenecimiento de la población; 
  • La población se hace más dispuesta a los cambios (sociales, culturales, técnicos); 
  • Aportes de capital y de mano de obra; 
  • Equilibrio en los sistemas de previsión social; 
  • Aportes de nuevas técnicas (innovación tecnológica): 
  • Llegan personas ya preparadas sin que haya tenido que invertirse en su preparación; 
  • Aumenta la diversidad cultural, por lo que el país comienza a tener acceso a manifestaciones culturales nuevas (arquitectura, arte, nuevas tecnologías, etc.); 
  • Aumenta el consumo y la productividad, y por tanto, se produce desarrollo y crecimiento económico.
Por tanto, ¿cómo se puede construir a partir de una visión positiva de las migraciones? ¿Cómo vincular migración con desarrollo?

UN VISTAZO AL CODESARROLLO

La idea detrás del codesarrollo es vincular, de manera positiva, las migraciones y el desarrollo. Es una forma de cooperación en la que los movimientos migratorios se convierten en motor de desarrollo de las regiones de origen y destino

Existen dos factores principales al considerar los efectos  de  las  migraciones  en  el  desarrollo, y estos son las remesas económicas y sociales y su impacto en las zonas de origen de la inmigración.

Los siguientes son algunos datos del Banco Mundial sobre las migraciones y remesas:
  • La migración internacional —el movimiento de personas a través de las fronteras internacionales— tiene enormes consecuencias en el crecimiento y la mitigación de la pobreza, tanto en los países de origen como de destino.
  • Según datos de las Naciones Unidas, más de 230 millones de personas están viviendo fuera de sus países de nacimiento en 2013 y más de 700 millones migran al interior de sus propios territorios. En las próximas décadas, las fuerzas demográficas, la globalización y el cambio climático incrementarán las migraciones.
  • La migración internacional impulsa los ingresos en el mundo. Al permitir que los trabajadores se trasladen a los lugares donde son más productivos, la migración da lugar a un incremento en la producción y en los ingresos en general.
  • Por lo general, las remesas reducen la cantidad y gravedad de la pobreza, y conducen a: una acumulación más alta de capital humano; un mayor gasto en salud y educación; un mejor acceso a las tecnologías de la información y las comunicaciones y a los servicios financieros formales; mejores inversiones en PYMES; una mayor capacitación empresarial; una mejor preparación para las contingencias adversas, terremotos y ciclones, y una reducción del trabajo infantil.
  • Las diásporas pueden representar una importante fuente de intercambio, capital, tecnología y conocimiento para los países de origen y de destino.
  • Se estima que las remesas a los países en desarrollo -registradas oficialmente- ascenderán a US$414.000 millones en 2013, un incremento de 6,3% en comparación con el año anterior. Se calcula que los flujos de remesas mundiales, incluidas aquellas hacia países de ingreso alto, serán de US$550.000 millones en 2013.
  • Los principales receptores de remesas son: India (US$71.000 millones), China (US$60.000 millones), Filipinas (US$26.000 millones) y México (US$22.000 millones). Otros grandes destinatarios incluyen: Nigeria, Egipto, Bangladesh, Pakistán, Viet Nam y Ucrania. No obstante, como proporción del producto interno bruto (PIB), las remesas fueron más cuantiosas en los países más pequeños y de ingreso más bajo; los mayores receptores en cuanto al PIB fueron: Tayikistán (48%), República Kirguisa (31%), Nepal (25%), Lesoto (25%) y República de Moldova (24%).
  • Las remesas enviadas a los países en desarrollo representan más de tres veces el volumen de la asistencia oficial para el desarrollo.
  • A pesar de la actual debilidad económica mundial, se espera que los flujos de remesas continúen creciendo, llegando a US$594.000 millones en 2014, de los cuales US$449.000 millones serán mandados a las naciones en desarrollo.
  • Si bien los costos de las remesas han disminuido en forma sostenida en los últimos años, aún son elevados, principalmente en África y en las pequeñas naciones donde representan una ayuda esencial para los pobres. En todo el mundo, los emigrantes pagan un costo promedio de 9%. La disminución del precio promedio de remesas a un 5%, en línea con los objetivos del Grupo de los Ocho (G-8) y del Grupo de los Veinte (G-20), podría provocar un ahorro a los migrantes de hasta US$16.000 millones anuales.
No obstante a todos estos datos, las políticas de codesarrollo desde las administraciones públicas han tratado de vincular las migraciones y el desarrollo desde visiones muy diferentes y con unas repercusiones muy desiguales. Hay que sumar la gran pluralidad de actores que orientan sus actuaciones de codesarrollo con diferentes objetivos y en ámbitos diversos.

De acuerdo al Diccionario de Educación para el Desarrollo, las políticas públicas de codesarrollo que se han venido llevando a cabo en los últimos años pueden incluirse en alguno, o en una combinación, de los siguientes enfoques:

Gestión de los flujos migratorios
Desde este enfoque se da prioridad al freno de los flujos migratorios a través de la mejora de los indicadores de desarrollo en las zonas de origen o el fomento del retorno voluntario. En los últimos años y, ante el fracaso de estas políticas, aparece una nueva visión que plantea realizar una adecuada gestión de las migraciones con la finalidad primordial de aumentar el desarrollo de las zonas de origen.

La persona inmigrante como protagonista especial en el desarrollo
Este enfoque pone de relevancia el papel de las personas inmigrantes tanto en la sociedad de origen como en la sociedad de acogida.

Los y las inmigrantes contribuyen al desarrollo de sus países de origen de maneras diversas: a través de las remesas (económicas y sociales), la realización de proyectos de cooperación impulsados por asociaciones de inmigrantes en sus regiones de origen o la participación de inmigrantes como personal experto en proyectos de desarrollo.

El aporte de las personas inmigrantes al país de acogida es también sustancial: la participación en el crecimiento de la economía, la contribución a los sistemas de Seguridad Social, los índices demográficos y la diversidad cultural entre otros.

Fomento de la integración y gestión de la diversidad cultural
Desde esta perspectiva, el codesarrollo promueve una integración efectiva de las personas inmigrantes en la sociedad que implique que sean beneficiarias de los avances y logros a los que ellas mismas contribuyen y que permita que puedan disfrutar plenamente de sus derechos y asumir los deberes que les corresponden.

Sin embargo, en ocasiones, la integración de las personas inmigrantes es argumentada en las políticas de codesarrollo de manera instrumental: integración con el objetivo exclusivo de que los y las inmigrantes tengan mayor facilidad a la hora de ser agentes de desarrollo en las sociedades de origen.

El fomento de la interculturalidad como forma de desarrollo de las diversas culturas en igualdad de condiciones unido al fomento de un espacio de interacción entre ellas que favorezca los aportes y el enriquecimiento mutuo es otra de las propuestas del codesarrollo.

Desde el punto de vista de la sociedad de acogida, el reconocimiento de la riqueza cultural de las sociedades de origen de las personas inmigrantes favorece una relación de valoración mutua entre ambas sociedades.

Enfoque económico
Las grandes cantidades económicas que se envían anualmente en forma de remesas, han hecho crecer el interés de muchas instituciones financieras que promueven la bancarización de las mismas con el objetivo de favorecer el desarrollo de las regiones de origen.

También los países de destino están interesados en potenciar las inversiones empresariales en los países de origen de la inmigración, a través de la formación de la mano de obra local y la creación de vínculos generadores de nuevas posibilidades de mercado.

En los siguientes enlaces podremos encontrar algunas experiencias representativas de proyectos de codesarrollo realizados en diferentes países a nivel estatal, regional o local. En ellos podemos constatar la diversidad y tipología de iniciativas.

Programa 3 x 1 México – Estados Unidos

Proyecto de codesarrollo Cañar – Murcia (Ecuador-España) (pdf)

Otros proyectos de codesarrollo realizados por diferentes organizaciones 


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