lunes, 30 de diciembre de 2013

ALEMANIA AVIVA RESENTIMIENTOS CONTRA LAS MIGRACIONES "POR POBREZA"


Gerda Hasselfeldt, dirigente del CSU

Hoy destaco la noticia no muy difundida relacionada con el endurecimiento de las normas migratorias en Alemania por parte del partido Unión Socialcristiana (CSU), partido hermanado con la CDU de la canciller Angela Merkel y afiliado al Partido Popular Europeo.

Este partido llamado "social" y "cristiano" quiere adoptar una línea más dura contra los ciudadanos de los propios países comunitarios como Rumanía o Bulgaria (que a partir del 1 de enero podrán circular libremente por la Unión Europea) que llegan a Alemania por lo que denominan "inmigración por pobreza". Lo que el partido pretende concretamente es obstaculizar el acceso al sistema social alemán llevando a cabo una suspensión general de la remuneración de las prestaciones sociales a los inmigrantes durante los primeros tres meses de estancia.

Gerda Hasselfeldt, dirigente del CSU, justifica que su partido apoya la libertad de movimiento en la Unión Europea, pero no "una inmigración hacia el sistema de seguridad social". En su opinión, aceptar a inmigrantes pobres amenaza "no solo la aceptación entre los ciudadanos del libre tránsito sino que también lleva a los municipios a los límites de su capacidad financiera".

Dicho discurso no es sino una prueba de que la xenofobia y el rechazo a las migraciones de personas en situación de pobreza no solo no se ha erradicado en Alemania -y en Europa en general- sino que aún continúa vivo y es buscado explícita y activamente por partidos influyentes. En la misma línea se ha manifestado Reino Unido. Hace poco el propio primer ministro, David Cameron, amenazó con restringir los derechos de los inmigrantes, declarando que “la libertad de movimiento dentro de Europa debe ser menos libre”.

Sin embargo, un informe reciente del Centro de Investigación Pew (en inglés) sirvió para recordar el papel de la migración de los trabajadores en el crecimiento de la economía mundial y la distribución más equitativa de los ingresos.

Según el informe, las remesas que los inmigrantes envían a sus familias en sus países de origen ascienden actualmente a más de US$ 500.000 millones por año, cifra que triplica los montos que se registraban en 2000, dándole un impulso económico mayor a las naciones más pobres. De hecho, estos recursos aportan 8% del Producto Interno Bruto (PIB) de las naciones de bajos ingresos.

Uno de los autores del informe del Pew, Phillip Connor, agregó que “no son necesariamente personas de grupos de países con menores niveles de ingresos los que han sido más propensos a cambiar de país en el último cuarto del siglo pasado”, aseguró. “Son más bien de un nivel medio. El movimiento es de un nivel medio a uno alto”, acotó el autor. Según el Banco Mundial, los países de origen de la mayoría de los migrantes (seis de diez) tienen remuneraciones entre US$ 1.036 y US$ 12.615.

Ya el Instituto para el Mercado Laboral y la Investigación Laboral (IAB) alemán aclaraba que "las cifras sobre ocupación y percepción de ayudas sociales no permiten calificar globalmente a la inmigración de Rumanía y Bulgaria como una inmigración de pobreza".


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