miércoles, 14 de enero de 2015

EN RESUMEN


Ha pasado prácticamente un año desde mi último post y, sin embargo, no significa que esté inactivo. Estos meses he trabajado en proyectos locales y aprendido muchas lecciones con cada proyecto que poco a poco iré escribiendo. Este último año también he atestiguado acontecimientos recientes respecto a las migraciones. Aquí comparto un resumen.

La inmigración sigue siendo un tema de debate acalorado.

Toda persona mínimamente informada sabe que vienen menos inmigrantes a España que antes. Es más, la población disminuye. Pero el empleo y el bienestar no vuelven. La inmigración nada tuvo que ver con las mentiras que nos contaron.

Sin embargo, continúa habiendo animosidad contra las migraciones.

Esta visión de animosidad adoptada también políticamente ha mutado: si hace un par de años las personas inmigrantes eran aquellas que venían a ‘quitar el empleo y bienestar’, ahora son aquellas que llevan consigo epidemias como el ébola, y más recientemente, como aquellas que vienen a amenazar la seguridad de las fronteras, del país y hasta importan terroristas.

Continúan los esfuerzos para repetir mil veces mentiras con tal de convertirlas en verdades y lograr que la sociedad acepte la ecuación inmigración=amenaza (sea terrorista o ponga usted el adjetivo).

Una cosa son opiniones ‘a pie de calle’, pero otra muy diferente son opiniones políticas que calan en la sociedad gracias a medios de desinformación masivos y que tienen el claro objetivo de hacer leyes para recortar libertades civiles fundamentales, no solo de las personas inmigrantes, sino de la población en general. Sirvan como ejemplos los recortes en sanidad o la llamada “ley de seguridad ciudadana” que no solo legaliza lo ilegalizable de las “devoluciones en caliente” sino también merma el derecho a la protesta ciudadana o el derecho a informar de la realidad que está pasando en las calles y fronteras más allá del discurso oficial.

Recientemente, la barbarie de tres desequilibrados en Paris ha sido un pretexto perfecto para  continuar haciendo leyes y restringir más libertades, así como hacer creer a la opinión pública que todo el país –toda Europa- está en jaque. “Más seguridad es sinónimo de más libertad” es la nueva frase tergiversada, porque todos sabemos lo que significa "más seguridad". Adivinen a quién atacan: a las migraciones. Esto es solo el principio. Esto traerá cola. Ya algunos políticos xenófobos se frotan las manos en otros países pero también en España. Si alguien denuncia lo contrario, automáticamente es un ‘progre de pacotilla’.

Pero el problema no son los partidos políticos xenófobos. Ni los xenófobos que los lideran, y ni siquiera los xenófobos que les votan.

El problema es la xenofobia.

El problema es que la xenofobia eche y extienda sus raíces en este terreno fértil.

Y por eso aún queda mucho por hacer.

Empezando por contrarrestar, por romper, el discurso único. Empezando por informar la realidad. Por informar los atropellos, por educar y cambiar la visión hacia las migraciones. No se trata de adoptar una visión paternalista. Las personas inmigrantes no son ‘aquellos negritos que vamos a darles dinero’.

Se trata de verles como iguales. Con derechos y también con deberes, pero siempre como iguales. Como personas que deben ser respetadas. Porque la gran mayoría no migran y dejan sus países para complicarse la vida y complicarla a los demás, sino para trabajar, para ganarse honradamente el sustento para ellos y sus familias. ¿Acaso no es eso lo que todos buscamos?

Pero no se puede cambiar una visión global si no actuamos en lo local.

¿Por qué no empezar por exigir que los políticos dejen de usar la xenofobia hacia la inmigración como arma arrojadiza?

¿Por qué no empezar por exigir que sea condenable (incluso jurídicamente) utilizar expresiones xenófobas hacia las migraciones tal como lo es hacer apología del terrorismo?

Eso solo para empezar. Seguro que más de uno se lo pensaría antes de decir barbaridades.


No hay comentarios:

Publicar un comentario