martes, 25 de febrero de 2014

JUEGO DE PALABRAS Y NÚMEROS SOBRE LA MIGRACIÓN EN ESPAÑA


A pesar de que las migraciones no son tema de preocupación en la sociedad española de acuerdo al último informe del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), hay quienes están empeñados en crispar los ánimos a golpe de titulares. Sirvan como ejemplos dos artículos de prensa de los medios Europa Press y ABC.

Afirma el diario Europa Press que una “avalancha de inmigrantes en Melilla ha protagonizado medio millar de subsaharianos este lunes, de los cuales un centenar ha logrado pasar a la ciudad española y 400 rechazados por las policías de España y Marruecos… una avalancha que destacó por "la gran agresividad" que mostraron los subsaharianos, según la Guardia Civil, al usar palos y piedras para sortear a los agentes…”

Presentar así a las personas inmigrantes, especialmente subsaharianas, no es un caso aislado. Varios medios de comunicación, políticos y cargos públicos utilizan términos calificativos similares cuando se habla de la entrada de personas migrantes por las fronteras españolas como las ciudades de Ceuta o Melilla.

Sin embargo, curiosamente el tratamiento del mismo hecho no sucede cuando se habla de la salida de migrantes españoles. En este caso se suele dar la información más concreta sin adjetivos, aunque sí con un tono más solemne. Veamos el caso del periódico español ABC en el que se habla de la pérdida de población en la región aragonesa.

De acuerdo al diario ABC, calcula que "Aragón verá marchar a unos 254.000 habitantes. De todos ellos, el Instituto Nacional de Estadística (INE) calcula que 129.000 elegirán el extranjero como nuevo lugar de residencia; y el resto, 125.000, se irán a otras provincias españolas en las que vean mejores expectativas para ellos..."

En ambos casos nótese el tratamiento diferente ante el mismo hecho migratorio, cuando tratan de ingresar unas decenas o cientos de personas se considera una “avalancha” aun cuando no logren quedarse en territorio español –sabemos que son deportados la gran mayoría de veces-, y no obstante la emigración de decenas de miles de personas que se marchan del territorio no es avalancha ¡es pérdida! Pero ¿no podría ser la inmigración entonces una “ganancia”?

Precisamente hace unos días escribía una entrada sobre la "connotación afectiva del lenguaje" que puede ser positiva o negativa llegando hasta una "perversión del lenguaje". Cuando los medios o la opinión pública tratan un tema social, como pueden ser las migraciones o cualquier otro tema, las palabras o términos que usan, sean positivas o negativas, contribuyen a formar el imaginario social.

Por último, un detalle curioso para la reflexión. Nótese el juego de datos del artículo del diario ABC:
"Tan solo de Aragón se marcharán 254.000 personas y la región recibirá 193.000 inmigrantes. La diferencia entre los que vendrán y los que se irán arroja una pérdida de 61.000 habitantes de aquí al año 2022."
Vamos, en otras palabras, aun inmigrando unas 200 mil personas sólo en Aragón, todavía faltarían otras 60 mil para compensar las que se fueron, mientras que en Ceuta y Melilla unos cientos que entran y son deportados ya son avalancha.

Cosas de la vida.

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